En la comarca Alto Gállego, situada en el Pirineo aragonés, conviven dos lenguas, el castellano, que es el idioma oficial y mayoritario, y el aragonés, lengua no oficial y minoritaria.
El aragonés es una lengua románica que se formó a partir del latín vulgar, al igual que el resto de lenguas romances (francés, italiano, occitano, portugués. catalán, castellano, gallego o asturiano) y que hoy todavía se habla, bastante castellanizada, en el Alto Aragón. En la actualidad, agoniza en nuestra comarca, como tantas otras manifestaciones propias de la cultura aragonesa.
De hecho, durante el siglo XX, a la despoblación demográfica, que deshabitó gran parte de la Guarguera y el Sobrepuerto, y dejó estas zonas, por consiguiente, sin hablantes, se sumó la que podemos denominar «despoblación cultural». Esta segunda implicó que, donde han quedado habitantes, no ha subsistido, salvo excepciones, casi rastro de la cultura tradicional y, por lo tanto, tampoco de hablantes de aragonés. Es decir, la extinción de la forma de vida secular (las labores artesanales, la agricultura, la ganadería, los modos de construcción, etc.), acarreó la pérdida de un patrimonio material e inmaterial ligado a la cultura popular. En esta situación, el idioma, al no contar con el suficiente apoyo institucional y social, está abocado a su desaparición.
La lengua aragonesa ha sido declarada por la UNESCO lengua minoritaria en peligro de extinción. Por ello parece oportuno que, desde la Comarca Alto Gállego, aparte de otras acciones positivas que se llevan a cabo para la conservación y recuperación del aragonés, se recoja esta lengua en un repositorio como este, imbricado en un territorio comarcal vivo y valedor de nuestra cultura material e inmaterial. Solo con unas raíces firmes podremos afrontar un futuro globalizado sin pérdida de nuestra identidad.